Carnegie Mellon University

Photo Credit: Shutterfly - Desde Mis Ojos

Malavika Mandapati
Carnegie Mellon University - Hispanic Studies

Abstract: “Desde Mis Ojos” is a thriller detective story that takes place in the barrios of Mexico City. The story revolves around a family that has moved back to the same Mexican neighborhood after ten years. However, the seventeen-year-old daughter cannot remember her life in this neighborhood and her curiosity leads her to discover that her mother is hiding a secret from her. This story belongs to the classic model, with full attention to crime, slow development of the plot and a strong use of Mexican national orientation. I wrote the story during my sophomore spring for my core level Spanish class, The Case of the Hispanic Detectives, taught by Professor Felipe Gomez. This class focused on detective crime fiction across Latin America through theoretical readings.

Photo credit: John Guillen, Mexican Neighborhood

CAPÍTULO UNO
LOMAS ALTO

Era una tarde cálida y soleada en la calle Lomas en México D.F. El vecindario estaba tranquilo, las flores brillaban, los niños jugaban y los adultos bebían horchata con tequila. Era una tarde simplemente perfecta.

Lilián Lepero y Juanita Molano estaban sentadas en el porche charlando sobre sus vecinos cuando vieron un camión grande en la calle. Juanita se levantó rápidamente y trató de averiguar quién se estaba mudando al vecindario. Lilian estaba demasiado borracha para notar el camión hasta que una mujer alta y delgada de pelo rojo dijo:

- "Lilian, ¡hace mucho que no te veo!”
- "LUPA" gritó Lilian sin darse cuenta de lo fuerte que salió su voz.

Ambas se abrazaron fuertemente. Lupa había regresado al barrio después de diez años. Estaba más hermosa que nunca con su piel clara y cabello lacio. Su hija de diecisiete años se parecía a la madre. Todo, desde su postura hasta su sonrisa, eran como las de su madre. Se habían mudado a la casa en la que solían vivir antes, donde nada había cambiado. Era una de las más grandes de todo el vecindario. Después, Lupa y Lilián chismearon toda la tarde mientras Lupa arreglaba su casa. La decoración de su casa era la más hermosa, y la hacía parecer madre y esposa. Su marido era alto, guapo y trabajaba como médico. Lilián nunca lo había visto antes, pero parecían la pareja perfecta.

- "María, ¿participarás en el recital de piano de este año?" preguntó Lilian mientras tomaba más horchata.
- "No toco el piano" respondió María con una mirada confundida.
- "Ayyy, debe haberlo olvidado; era solo una niña" respondió su madre, Lupa, apresuradamente.


Lilián estaba demasiado borracha para calcular la edad de María en ese entonces. Después de que Lilián se había ido esa noche, Oscar, el marido de Katherine, le susurró a ella:

- "Tenemos que tener cuidado con María".
- "Lo sé", dijo Lupa, con preocupación en su rostro.

Aunque Oscar no era el verdadero padre de María, la trataba como su propia hija, y ella lo amaba como si fuera su propio padre. María descubrió que Oscar no era su verdadero padre cuando tenía cinco años, pero era tan joven que no hizo preguntas. Durante los años siguientes, sin embargo, sus preguntas aumentaron. Cada pregunta que hacía recibía una respuesta ingeniosa de su madre.

Al día siguiente, la hija de Lilián, Julia Lepero, estaba tan feliz de reencontrarse con su ex mejor amiga María después de tanto tiempo. Eran inseparables de niñas; solían compartir sus muñecas, jugar en el patio de recreo y hornear galletas juntas. Cuando se sentaron en casa de Julia, hablaron sobre sus vidas. Julia comenzó a recordar su infancia juntas. Recordó cómo ambas solían vestirse y fingir ser parte de una banda de mariachi. Sacó un montón de fotos antiguas para mostrárselas a María.

- "¿Recuerdas cuándo jugábamos con tu muñeca favorita, Snoofy"? preguntó Julia mientras señalaba la foto que sostenía.
- - "¿Snoofy?" "No lo recuerdo ..." respondió María con una mirada confundida.
- "¿Qué? ¡Solía ser tu muñeca favorita! Ve a preguntarle a tu mamá; estoy segura de que la habrá guardado en un lugar seguro" respondió Julia a toda prisa.
- "Solía estar en tu viejo dormitorio junto a la ventana en la esquina", dijo Julia. "Mi habitación no tiene ventana al lado", respondió María.
- "Estoy seguro de que la habitación en la que te alojas ahora es diferente de la que solías habitar", dijo Julia
- "No, mi mamá dijo que estoy en mi viejo dormitorio y no hay ventanas en esa habitación, te lo puedo enseñar. “Eso es tan raro" pensó Julia, pero no lo dijo en voz alta.
- "De todos modos, ya es tarde, debería volver a estudiar. Nos vemos más tarde", expresó Julia.

Más tarde esa noche, Julia decidió ir a hablar con su mejor amiga, su madre, sobre el extraño encuentro que había tenido con María.

- "Incluso yo me acuerdo de Snoofy!" dijo en voz alta.
- "Siempre fue extraño que Lupa saliera tan repentinamente de la ciudad. Recuerdo ese día con claridad. Era tarde, y había ido a su casa para preguntarle si podía prestar algo de azúcar. Lupa apenas abrió la puerta, como si estuviera escondiendo algo. Dijo que tenía que mudarse a última hora porque encontró un nuevo trabajo. Recuerdo que le pregunté cuándo se estaba mudando y dijo que en la siguiente hora, porque era urgente. Se fue sin despedirse de nadie”, dijo Lilián en voz misteriosa.
- "Mamá, te digo que la chica que conocí hoy no es la misma María que conozco", dijo Julia.
- "Qué va a ser, Julia, concéntrate en tus estudios, ese es su problema,” dictó Lilián.

Esa noche fue una noche tranquila para María. No podía decidirse sobre cómo preguntarle a su madre sobre Snoofy. Sabía que solo le daría una excusa como respuesta. Pensó que tal vez todo esto estaba vinculado a su verdadero padre. Tuvo el valor de preguntarle a su madre sobre Snoofy y cuando lo hizo, su madre respondió:

- "Vendimos a Snoofy en una venta de garaje porque no la querías más".
- "Mamá, no recuerdo nada sobre Snoofy" respondió María con tono enfadado.

Su madre se alejó, sin decir una palabra.

CAPITULO DOS
EL PADRE

Julia y María estaban estudiando para su examen de matemáticas en casa de María cuando Julia decidió que quería mostrarle a María su antigua habitación. Llevó a María arriba al tercer piso como si conociera su casa mejor que ella.

- "Este es el ático, y está cerrado", dijo María en un tono extraño.
- "Sé cómo abrir una cerradura", respondió Julia mientras intentaba usar una horquilla para abrir la puerta.

Sonrió cuando escuchó el ruido de la cerradura abrirse, empujó la puerta y vio una habitación llena de cajas viejas.

- " ¿Ésta solía ser mi habitación?" preguntó María. Comenzó a buscar en las cajas frenéticamente.
- “¡No recuerdo nada de esto!" gritó María.

Mientras buscaba en las cajas, encontró un pedazo de papel con un número de teléfono. Rápidamente lo escondió en su bolsillo, esperando que le daría una idea de por qué no podía recordar su pasado. Las chicas cerraron rápidamente la puerta del ático y Julia se fue a su casa para contarle a su madre sobre lo que habían encontrado. Su madre estaba cocinando frijoles, lo único en lo que ella era buena. Esa noche, María marcó el número en esa hoja de papel mientras su madre todavía estaba afuera.

- "Habla Marco," dijo la voz al otro extremo del teléfono.

María dejó caer el teléfono al suelo. Solo había escuchado ese nombre un millón de veces en su vida; era su verdadero padre. Su madre nunca le había dicho su apellido para que nunca pudiera encontrarlo. Descolgó el teléfono y empezó a conversar con él. Acordaron encontrarse sin decírselo a nadie.

Al día siguiente, ella le mintió a su madre y le dijo que iba a salir con Julia. Cuando entró en el restaurante, él se le acercó a ella de inmediato y la abrazó. Después de hablar un rato, Marco dijo:

- "No puedes decirle a tu madre que nos conocimos, éste es nuestro secreto. Se enojará".
- "No lo entiendo, ¿Por qué mamá te odia tanto?" preguntó María.
- "Ésa es una pregunta a la que nunca tendré respuesta" respondió Marco.

Esa noche María durmió como un bebé. A la mañana siguiente, Julia y María se habían ido a la escuela. Lilián estaba limpiando la casa cuando oyó un chasquido.

- "¿Quién está ahí?" preguntó, pero nadie respondió.

Se dio vuelta y, para su sorpresa suya, vio a Marco. Su peor pesadilla se había hecho realidad. Decidió que tenía que actuar con valentía. No podía ser víctima otra vez como lo fue durante todos esos años en que él la abusó sexualmente.

- "Me alejaste de mi hija y me dejaste. Intenté encontrarte durante ocho años", dijo Marcos con voz enojada.

- "Te lo merecías. No eres un buen hombre. ¿Cómo nos encontraste?" preguntó Lilián.

- "Nuestra hermosa hija me dijo que me llamó. Sin embargo, cuando la conocí no pude ver ni rastro mío en ella. Quiero que me hagan una prueba de paternidad", gritó Marco.
- "No estás obteniendo nada¡ DEJA ESTA CASA AHORA!”, gritó Lilián.

Cuando Marco estaba a punto de sacar el cuchillo que tenía escondido en su bolsillo trasero, la vecina de Lilián, Jamaila, se apareció en la puerta. Rápidamente escondió el cuchillo y se fue. Lilián sabía que tenía que mudarse y esconderse de Marco una vez más. Comenzó a empacar su maleta. Cuando María llegó a casa, su madre le dijo que tenían que irse, pero María se negó.
- "Toda mi vida me has mudado de un lugar a otro. No me voy a mudar esta vez", gritó.

Después de toda una noche de pelear con su hija, Lilián se dio cuenta de que era hora de enfrentarse a Marco. No podía huir de nuevo. A pesar de que su madre le pidió a María que no se reuniera con su padre, iba con él todos los viernes. Lilian nunca podía darle a María una razón suficientemente buena para explicarle por qué su padre era peligroso. No podía revelar la verdad.

El tercer viernes, Marco miraba a María a los ojos cuando se dio cuenta otra vez de que no se parecía en nada a él. Sabía que algo estaba pasando y después de que María se fue, tomó el vaso que ella estaba bebiendo para hacer con su saliva una prueba de paternidad. Después de volver los resultados, se sorprendió. María no era su hija, ni la de Lilian. Se dirigió de inmediato adonde María para darle esta información. Ella se puso furiosa e ideó un plan para atrapar a su madre.

Al día siguiente, María le dijo a su madre que iba a la escuela. En lugar de eso, se escondió en su habitación hasta las 12 y luego llegó Marco. Lilián se sorprendió, pero antes de que pudiera hacer nada, Marco cerró todas las puertas de la casa para evitar que alguien entrara como la última vez. Sacó su cuchillo y acalló a Lilián para decirle la verdad.

- "María no es nuestra hija, ¿Qué le pasó a nuestra hija? Me hice una prueba de paternidad", gritó.
- "Nunca lo sabrás", dijo ella tratando de actuar como si no estuviera asustada.
- "No puedes hacerme daño. Ahora tengo confianza, no puedes hacerme daño como solías hacerlo", dijo con calma.

Antes de que se diera cuenta, él le cortó la mano y su sangre corrió al suelo. María comenzó a llorar detrás de la puerta de su dormitorio, pero quería saber la verdad y estaba dispuesta a dejar que su madre sufriera. Lilián trató de mantenerse fuerte, pero cuando él le acercó el cuchillo al cuello, ella se rindió.
- "Te lo diré, te lo diré", exclamó.

Se tomó un minuto o dos antes de comenzar a explicar lo que sucedió.

- "Había metido a María en la cama, tenía siete años y tú estabas fuera de la ciudad. Había movido el televisor de la niña cerca de su cama. Estaba sentada abajo y leyendo un libro cuando escuché un fuerte estruendo. Corrí arriba y vi que la televisión había caído encima de ella y que María estaba muerta ", confesó Lilian mientras lloraba.

- "No sabía qué hacer porque pensé que me matarías si te lo dijera. Habías abusado de mí durante tanto tiempo. Así que enterré a María en nuestro patio trasero y me fui de la ciudad y me escondí en Oaxaca. Te dejé una nota diciendo que me había ido porque me estabas abusando sexualmente y tenía que escaparme. Después de un mes, visité un orfanato en Oaxaca y vi a una chica que se parecía exactamente a María. Sabía que si quería volver a la ciudad tenía que adoptarla y darle la identidad de María”, dijo Lilián llorando.

"¿Mataste a nuestra hija?", gritó Marco.
María había encontrado a su padre biológico e ideado un plan para descubrir la verdad, pero ahora estaba herida. Encontró una caja de pastillas en su habitación y tomó diez. Diez minutos después estaba muerta.


EL FIN